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lunes, 30 de abril de 2007

Grandes retos para el presidente Ortega


El año 2007 ha sido y seguirá siendo un periodo de fuertes desafíos no solo económicos sino también políticos, especialmente para el nuevo gobierno encabezado por el presidente Daniel Ortega. Según el presidente este será un buen año para la generación de remesas y las exportaciones, gracias a la buena dinámica de productos agrícolas como el café, fríjoles y azúcar; otro sector en crecimiento, se espera que sea el turismo (por encima del 10%). Sin embargo aún hay muchas turbulencias en cuanto a las metas de la disminución de la pobreza, y la disminución del desempleo, que por supuesto no deben ser ignorados en ningún momento.
Además, Ortega ha prometido que antes de cinco años, el país se liberará de la tutela del Fondo Monetario Internacional que rige las políticas económicas que se aplican en la región centroamericana desde 1990. Ortega responsabilizó al organismo por las medidas impulsadas por los últimos tres gobiernos que le antecedieron, de haber provocado más hambre y desempleo en el país.
Por otro lado, el presidente Ortega decidió adherirse a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), proyecto de integración impulsado por Venezuela, Cuba y Bolivia, basado en la cooperación, solidaridad y respeto a la soberanía, y a la autodeterminación económica de los países de América Latina. Con respecto al Tratado del Libre Comercio, Ortega opina que el problema de estos acuerdos es que existe una asimetría con la economía de Nicaragua, que no puede competir con una economía como la de Estados Unidos; por su parte el ALBA diseña mecanismos que generen ventajas cooperativas entre las naciones y compensa las asimetrías existentes entre los países del hemisferio.
De acuerdo con esto, es fácil ver que la realidad que enfrenta Nicaragua en estos momentos no es fácil, y que las políticas que pretende diseñar su actual presidente, aparentemente cuentan con gran respaldo de la población, pero lo realmente importante es que éstas puedan ser llevadas a cabo lo más pronto posible, y que no se quede solo en palabras, como suele suceder.